A los jóvenes que no han podido estudiar les digo que no se desanimen, que como jóvenes podemos ponernos de acuerdo para hacer una sola unión y salir adelante, Jhonnatan Silva (joven habitante de la Aldea Emaus)
A las 4am empieza la jornada para los 30 jóvenes que viven en la Aldea Juvenil Emaus ubicada en Remolino del Caguán, el día transcurre en medio de actividades que les permiten pasar el tiempo lejos de sus familias de manera más amena, ayudan con los oficios, cuidan la finca, realizan tareas y comparten espacios con sus compañeros jugando fútbol, pintando y leyendo. Son un grupo privilegiado, no todos los jóvenes que viven sobre las riberas del río Caguán tienen la posibilidad de estudiar, llegar hasta el colegio requiere de una o dos horas de viaje en lancha.
Para la hermana Flor Ángela Cortes (persona encargada de dirigir el proyecto de la Aldea), el proceso con los jóvenes es dinámico, lleno de retos y desafíos, cada día los chicos van mostrando su desarrollo como personas, pero afirma que no es fácil lograr que los jóvenes se adapten a la vida en la Aldea pues vienen de veredas marcadas por el conflicto.
Desde hace tres años la REDCaquetaPaz, a través del Eje de Niñez y Juventud, acompaña de manera cercana el proceso de la Aldea, buscando apoyar los ideales y esperanzas de cada joven demostrando que a pesar de crecer en zonas golpeadas por el conflicto armado, siempre hay motivos para luchar cada día.
En el último encuentro realizado con los jóvenes que viven en la Aldea, se conversó sobre sus proyectos de vida y se crearon espacios de confianza para identificar de manera conjunta las necesidades y oportunidades de transformación. En Remolino del Caguán, se avanza en el tejido de nuevas visiones de paz, hoy la apuesta por los jóvenes crece de manera significativa, el Vicariato de San Vicente viene articulando sus procesos con la REDCaquetáPaz para continuar tejiendo sueños.