Padre Francisco de Roux

El proceso de Desarrollo y Paz del Caquetá me dejó la mejor impresión cuando tuve la oportunidad de visitarlo, hace unas pocas semanas. Encontré un gran sentido de Región, un grupo de líderes, mujeres y hombres, que tienen claridad, entusiasmo y fe en ellos mismos. Una Red de Pobladores que reúne a campesinos de base, jóvenes, organizaciones rurales y gremiales, empresarios, académicos, comerciantes y que está en dinámica de ampliación. Una Iglesia comprometida en sus equipos de pastoral, sus sacerdotes y sus Obispos.

Me impresionó la seriedad con que han tomado la tarea de la paz en una de las regiones más sufridas por el conflicto y más golpeadas por la guerra y la extorsión. Tuve la oportunidad de asistir al análisis del grupo sobre la planeación y ponderación de su proceso y encontré seria la manera como se busca el rigor en las tareas, el seguimiento y el acompañamiento. Pienso que este grupo enriquece enormemente a Red de Programas de Desarrollo y Paz, Reprodepaz, y que va a jugar un papel significativo en lo que se ha llamado La Paz Territorial que seguirá a los acuerdos de La Habana. 

Tienen el desafío de colocarse como un movimiento civil de gran autoridad y moral pública, para articularse con todos los que desde diversos puntos de vista actúan en el Caquetá, para ser allí generadores de unión en lo fundamental, hospital de campaña como pide el Papa para la reconciliación y esperanza para todas y todos. Felizmente cuentan con un propósito claro que cantan en el himno de un futuro que se está haciendo ya;  y una directora  audaz que inspira confianza, tiene claridad de miras y se juega la vida por el Caquetá.